jueves, 30 de octubre de 2008

Sobre los bizarros conciertos que cobijan bandas dísimiles














Debo admitir que fue extrañisimo escuchar que The Mars Volta y R.E.M venían juntitos a Bogotá, juntitos y revueltos. Pensé que aunque a mí me gustaran las dos bandas, ambas responden a públicos diferentes y en mi caso, a estados de ánimo diferente. Estado destructor: Mars Volta. Estado meláncolico: R.E.M...¿o era el contrario? estado destructor: R.E.M (destruir el mundo, que se acabe el mundo como lo conocemos y sentirnos bien) estado meláncolico: The Mars Volta (me acuerdo de madrugadas tristes escuchando Concertina en loop). De cualquier modo, ver a ambos grupos, en una misma fecha, bajo un mismo techo, a 2600mts más cerca de las estrellas me parecía, cuando menos, bizarro.



1. The Mars Volta experience


Comencemos por el principio. Nunca me imaginé ver a The Mars Volta en vivo en Bogotá. Ni siquiera mientras esperaba en el Coliseo a que empezara el concierto había interiorizado que estaba a pocos segundos de escuchar a Mars Volta. Tal vez esa falta de conciencia se debía a que, finalmente, no sabía que esperar de escuchar a los Mars Volta. Antes de entrar al concierto con Daniel hablamos de disonancia, de lo pesado, del ruido. En el momento del concierto, cuando el caos comenzó a desatarse en el escenario, sólo podía pensar que el ruido efectivamente tendría que verse así. Y no hablo de ruido oscuro ininteligible, ese creo que se debe a la mala acústica del Coliseo, sino de el estruendo de guitarra y batería que en una sincronía desincronizada estallaban, reventaban, toteaban frente a todos.

Era como si las elásticas maniobras de Cedric Zavala reflejaran esactamente lo que estaba sonando. Rompía un tambor (importantisimo anotar en esta parte del relato que Dani y yo después comentamos que nunca en la vida pensamos que veríamos en vivo el destrozo de un instrumento al estilo grunge nirvanesco) y cada golpe era espejo de la música que se acontecía a su alrededor. Caos dentro de la sincronía. Contorsiones y maromas, no sólo del front man, sino tambien de las notas que se escapaban.



2. The R.E.M experience



Comencemos por el final. Lo único que podía pensar al salir del Coliseo El Campin era que estaba enamorada profundamente de Michael Stipe y que maldecía su gusto por los hombres. El "calvete papi", como decidió bautizarlo Dani, resultó ser el hombrecito más simpático, imponente e increíble del planeta. Creo que puedo decirlo atrevidamente, pero en mi inexperiencia concertil nunca había visto a un mejor front man. Su manera de bailar, de cantar, de hablar con el público... nos envolvió a todos y nos obligó a cantar, a bailar y hasta a ser partícipes de una improvisada encuesta. Sé que Stipe no es R.E.M, y pudo sonar reiterativa...pero ver a ese hombre de traje y corbata bailar de la manera más geeky posible con la mayor de las clases fue increíble.



Ya habiendo depurado ese demonio grupie que siempre me asalta, puedo pasar a otras impresiones de la noche.



Creo que lo primero que hay que decir sobre R.E.M es que la experiencia no se improvisa. Fue un espectáculo preciso, con buenas luces, buenas proyecciones y no tan buen sonido (de nuevo, problemas de la acústica del lugar). Otra cosa que me pareció interesante fue ver el público del concierto. Abarcaba un gran rango de edad, desde los 40 hasta los 15, y todos se despelucaron con losing my religion, todos berrearon everybody hurts y todos corearon the one I love...bonito.

Para mí la voz de Michael Stipe tiene algo de metálico (no es una voz virtuosa del metal...no confundir de por dios) sino que pienso en ella y pienso en estaño, en un hombre de hojalata, en un día gris. Tiene algo de desgarramiento y de protesta; de nostalgia que se potencia a través de un megáfono, de imágenes extrañas y letras complicadas escritas a modo de retahíla.

"Like a koi in a frozen pond
Like a goldfish in a bowl
I dont want to hear you cry"

(Tenaz que a estas alturas del partido todavía ande gritando en estadios frases del tipo "choosing my confessions" o "consider this the hint of the century"..."I've said too much, I hadn't said it all")

Encontré estas fotos en el flickr de un contacto: http://www.flickr.com/photos/karim_/2986969878/

Mil y mil gracias a Dani boy por acompañarme y alentarme a ir al evento.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sobre la juventud de ahora






Oracular Spectacular (2007), disco debut de MGMT, pareciera ser el título más apropiado para el fenómeno de esta banda. El oráculo espectacular, que contiene 11 cortes, está lleno de glam, de rock, de hipster-ismo, como si los skinny jeans y las chalinas blancas quisieran salir a cantar.


Resulta ser un oráculo -manifiesto porque en sus letras salta un grito dinámico de juventud, de sicodelia, de adrenalina, que se condensa en la letra de "Time to pretend": this is a decision to live fast and die young... now let's have some fun. Como diría Cerati, "Noches de longevidad"; pop sicodélico que revienta en la cabeza a las cuatro de la mañana,


Resultó ser espectacular, para la mayoría de críticos que en 2007 coronaron este álbum como lo último en guarachas y a MGMT como la banda revelación. Nada mal para un proyecto que parecería ser el nieto de Talking Heads (por esto de la propuesta artística de quienes hacen la música) o el primo fashion de The libertines, Kings of Leon o The Kooks (recordemos, la manera de vestir resulta fundamental para MGMT).


Hace poco leí un artículo en donde condenaban a los hipsters (especie de tribu urbana que viste con skinny jeans de colores, gafas oscuras con marco blanco, chaqueta de cuero, camisas gigantescas y leggings) de ser la condensación de la decadencia de la sociedad actual por ser una tribu urbana sin propuesta ni estética propia. Podria ser, pero no hay por qué afanarse. En algún lugar del mundo, en este momento un hipster borracho canta y baila vallenato pensando que nadie lo ve. En otro lugar, un tecno geek descubre los primeros segundos de una canción de MGMT y quiere bailar toda la noche.


Si el producto es bueno, y en este caso es bastante bastante bueno, dejemos que los pantalones de dril verde manzana y las gafas oscuras de marcos de colores tomen los micrófonos. En verdad salen cosas muy bonitas, como la canción 4th dimensional transition...por ejemplo.