domingo, 31 de agosto de 2008

Sobre la miseria y la mariposa




La primera vez que escuché Blonde Redhead estaba en un viaje cerca a las montañas y estaba muy triste. El cielo estaba muy despejado y al anochecer se volvía azul oscuro, nunca negro. Pensé que la cantante sonaba como un gato. Como siempre estoy llena de lugares comunes, me acuerdo que llegué a pensar que su voz me arañaba por dentro, y que sus rasguños en lugar de arder cauterizaban el dolor. Luego cerré los ojos. Y la señora comenzó a cantar. Y me decía que la miseria era una mariposa. Y cada silaba que pronunciaba se di-la-ta-ba. Y cada palabra gesticulada se perdía en las montañas. Y las montañas se llenaban de susurros de gatos.

Dearest Jane
I should've known better
But I couldn't say hello,
I dont know why
But now I think,
I think you were sad
Yes you were, you were, you were

What I say, I say only to you
Cause I love and I love only you
Dearest Jane, I want to give you a dream
That no one has given you
Remember when we found misery
We watched her, watched her spread her wings
And slowly fly around our room
And she asked for your gentle mind

Misery is a butterfly
Her heavy wings will warp your mind
With her small ugly face
And her long antenna
And her black and pink heavy wings

Remember when we found misery
We watched her, watched her spread her wings
And slowly fly around our room
And she asked for your gentle mind

Sing some bossa nova for me


Smoke city es un grupo inglés de bossa nova fusionado con electrónica. Hasta ahí, nada nuevo.

Su disco Flying Away explora los diferentes colores de la voz de Nina Miranda, logrando sonidos cálidos, sensuales, aterciopelados, como de besos en los hombros o de manos al rededor de la cintura. Hasta ahí, nada nuevo.


¿Qué diferencia a Smoke City de Moloko o de Morcheeba? Aparte de que le meten frases en portugues a algunas canciones, no mucho.


Sólo que Smoke City se conformó en el 96, y Flying Away es del 97. Lo que los haría precursores de esta movida fusión de ritmos Sao Paulo-Londrés- Rio, que experimentó Morcheeba en el 98 con el Big Calm ( y con esto no digo que Smoke City se inventó la fórmula, depronto hasta fue una cosa conjunta, algo de aceite de coco que se regó en el aire de Londres).


Lo verdaderamente valioso, y hasta bonito de Smoke City, es que suenan actuales. Para ser del 96 no suenan a techno trasnochado de rave cochino de Berlin (recuerdan el trance Shumacher...era tenaz) sino que suenan maravillosamente actuales. Suenan maravillosamente en la lluvia (porque ahí es cuando uno anhela estar en la playa con un garotinho en pleno Underwater Love), maravillosamente cuando uno camina (y canta Devil Mood y se quiere ir a hacer maldades), maravillosamente siempre.


(ojo a la caratúla noventera del disco...eso sí que da pistas del momento en el que fue lanzado)

jueves, 28 de agosto de 2008

Notas (discontinuas) sobre Med Sud I Eyrum Vid Spilum Endalaust


*Inní mér syugur vitlesingur: música para escuchar a las 7 de la mañana y no pensar en
absolutamente nada más que en que son las 7 de la mañana.


*Canciones para reconciliarse con el mundo, o sencillamente para reconciliarse.


*Siempre un murmullo inintelegible. (Quiero darle sentido al murmullo, escuchar sólo lo que yo quiero escuchar. que me diga exactamente lo que yo quiero oir).


*Goobbeldigook/ Festival : Golpes golpes golpes.


* Sigur Ros deja de ser en mi cabeza el canto de las ballenas y se convierte en la música incidental de aquello que se inscribe en un corto periodo de tiempo y que se repite y se repite y se repite. Este disco podría ser un zumbido amplificado y eterno. Podríamos ser un zumbido constante.


(Optimista yo y optimista el disco).

sábado, 23 de agosto de 2008

Rompe la piñata


Primer paso: Vendarse los ojos.


Segundo paso: Tomar un palo y entregarse al frenesí de niños y de adultos que gritan esperando a que uno sea el que rompe la piñata.


Tercer paso: Identificar la elusiva piñata.


Cuarto paso: Golpearla con todas las fuerzas.


¿Que hay adentro de la Piñata del Instituto Mexicano del Sonido?


Sobretodo hay muchos sonidos. Podrían ser como el confetí y las serpentinas dentro de la piñata, pues generalmente los pequeños beats invaden y llenan de color las trece canciones del disco. Sonidos chiquiticos y casi imperceptibles que hacen que uno se distencione frente a la música, que uno piense que es posible que El Instituto toque en la sala de uno. Sería la mejor rumba.


También hay samples, hay muchos samples que compactan y sorprenden. Trompetas, guitarras, sintetizadores...todo aquello que convierta esta música en algo completamente bailable. Es que la cumbia...yo la bailo...con las bonitas y las rubias...con las muchachas que les gusta la cumbia. Cumbia, samba, hip hop. Ritmos que hacen que la mayoría de las canciones en este disco salven una rumba del completo tedio.


Hay voces, muchas voces que parecen llegar de otra época y contar historias de gozo poderoso.


Hay muchos pies moviéndose. Brazos que se levantan. Cinturas que se entregan al ritmo.


Se ha roto la piñata del Instituto Mejicano de la Música...y su concierto por $20.000 es una completa ganga.

jueves, 21 de agosto de 2008

La máquina extraordinaria



"I don't understand about

The weather outside

Or the harmony in a tune

Or why somebody lied"


No sé por qué escucho Fiona Apple y me imagino en un cabaret lleno de humo. Tal vez porque su voz a veces suena como humo. Sale gris y se esparce por el ambiente de manera poderosa, casi como un gas lagrimogeno. Y su música siempre con golpes. Golpe. Golpe. Dis-con-ti-nuo. Lo lleva a uno de un lado a otro y uno no puede hacer nada más que dejarse llevar por el anti ritmo y escuchar.


"Extraordinary machine" (2005) es el tercer disco de Apple, quien con su voz ronca, nos mete en esa atmósfera tenue y densa que se llena de letras extrañas y golpes violentos de piano.


(My peace and quiet was stolen from me

When I was looking with calm affection

You were searching out my imperfections)


Podríamos hacer una frase interesante sólo con el título de sus canciones: Oh well, Not about love...please, please, please get him back O' sailor.


(Oh you silly stupid pastime of mine

You were always good for a rhyme

And from the first, to the last time, the signs

Said 'Stop' - but we went on whole-hearted

It ended bad, but I love what we started

It said 'Stop' - but we went on whole-hearted

It ended bad, but I love what we started)


bah...la historia de mi vida


miércoles, 20 de agosto de 2008

Mi fantasía Babasónica (reseña sobre Mucho)


Confesión terrible: A veces fantaseo con que estoy metida dentro de una canción de los Babasónicos, si sabes, me imagino que esas historias de amor pasionales y glamorosas se parecen a nuestra historia.


Es una confesión terrible, pero no podría más que cantarte "te propuse mi casa, nada neutro...te deje traer tus pijamas que yo no duermo bien de noche"o "si te vas tendrás que volver por nosotros...curiosamente todo estaba ya dicho entre los dos" e imaginarme esas noches larguísimas que pasabamos juntos donde sólo habían confesiones descarnadas y excesos. Más terrible aún es encontrarme rumbo a cualquier parte cantando Babasónicos mientras me acuerdo lo que pasó en cualquier fiesta, en cualquier noche larga, apropiandome de su español barroco murmurando palabras como "vergel".


Más horroroso aceptar que antes no me gustaban los Babasónicos porque a mi vida le faltaba glam y champan y decadencia.


Muchas gracias por traer el lugar comun del rocanrol a mi vida, por hacerme escuchar Babasónicos y por hacerme sentir como aquellas chicas que coquetean con todos, fuman mucho porro y toman mucho whiskey.


(¿has conseguido verme un poco más normal? o es sólo que he aprendido a actuar frente a vos)


Recomendadas: Microdancing, Pijamas, Cuello Rojo

Una Pausa para Four Tet


En estos días de marañas en la cabeza pareciera que el único antídoto es escuchar Pause de Four Tet (2002).
Increíble como pequeños sonidos se deslizan por la cabeza para desenredar los pensamientos. Untangle, (nunca una canción había tenido un título tan pertienete), se convierte en un rinse, acondicionador para cabellos no manejables, y desenreda hasta la desición más intrincada.

Todo el disco pasa por la cabeza como un toquesito de tranquilidad, como un beat constante que no deja que uno se preocupe por nada. Como una ligera pausa de lo vertiginoso. Una pausa esférica, bien amarrada y que alimenta la cabeza.


Recomendada: No more mosquitos. Tangle. Untangle.

martes, 19 de agosto de 2008

Camille- Music Hole


Este segundo disco de la señorita Camille resultó ser para mi algo asi como un gusto adquirido.

La primera vez que lo escuche me pareció algo aburrido a decir verdad. Mucho ruidito de fondo pero nada que hiciera que le pusiera atención de verdad. Despues de escucharlo otra vez con más calmita me di cuenta que una vez pasado el ruido efectista en realidad es un muy buen experimento vocal. Tal vez estaba esperando a la misma Camille francesita irreverente de Janine o de Le Fil y me encontré con un disco que suena como si Feist y Tom Waits hubieran tenido un hijo y lo hubieran puesto a escuchar Medulla.


Recomendada: The Waves

These are the vistas - The bad plus


No soy quien para hablar de jazz. Mi conocimiento es más bien empirico y conozco a más de dos que se sorprenden al saber que me gusta Miles Davis. La verdad no escucho mucho jazz. Sólo en el momento justo, imagino.


Viendo Film and Arts descubrí a The bad plus (trio de jazz contemporáneo según wikipedia) conformado por Reid Anderson, Ethan Iverson y David King. Según Film and Arts la magia de The Bad Plus consistía en no acatar ningún tipo de regla, de reirse de todos al hacer que Smells like teen spirit o que el tema de Chariots of fire se convirtieran en standards de jazz. Entre sus covers hay temas de Blondie, Aphex Twin, Bjork, Black Sabbath y David Bowie que enloquecen y enloquecen.


Su primer disco These are the vistas (2003) resulta ser una buena compañia cuando estoy histérica. Es música que calma a esta bestia, que tranquiliza y que invade.


Recomendadisima Silence is the question (especialmente para Andy g.)


Sobre algunas partículas elementales


La experiencia de leer "Las partículas elementales" deMichel Houellebecq, sucedió en tres tiempos. Casi como está estructurada la novela.

En un principio devoré los primeros capítulos intentando descifrar si la frialdad del narrador se debía a un gran escepticismo en las acciones de los dos personajes principales: Bruno y Michel, quienes se esforzaban por crecer, enamorarse y entender el mundo, mientras ese narrador distante diseccionaba, con la maestría del mejor cirujano, cada uno de estos actos y los desnudaba como causa y consecuencia de ser hombres occidentales en medio del siglo XX.

Este impulso de lectura fue frenado por labores académicas varias, y en dos semanas no se tocó el libro. Aunque no podía dejar de hablar de él y de pensar en la manera en la que ese narrador sabelotodo explicaba el amor como si fuera parte de una teoría sociológica no muy compleja. Retomé la lectura y me dejé cautivar por el personaje de Bruno. Esto puede sonar extraño para quienes lo han leído, ya que Bruno se perfila como un hombrecito pusilánime que teme a la vejez y que sólo encuentra comfort en el placer sexual. Claramente este hombre, al ser un cuarentón medio loco, no logra cumplir sus fantasias sexuales con adolescentes de senos perfectos, pero aún así encuentra el placer en Christiane, una mujer que también teme al paso del tiempo y que ha dominado las diferentes maneras de hacer una felación. Sin embargo, la relación de Bruno y de Chistiane se convirtió en mi motor de lectura, pues siempre, en el trasfondo, estaba ese odioso narrador recordandome que el amor en estos tiempos se desenvuelve en bares swinger, donde la inmediatez del deseo prevalece.

La lectura fue de nuevo interrumpida, pero después el libro apareció en un día de larga espera y entendí que la parte final estaba dedicada a Michel, biólogo encerrado en su laboratorio, que no encontró mayor felicidad en su vida que las compras por catálogo. Al lado de Michel siempre aparecía la figura de Annabelle, a quien el narrador esboza como una mujer que le ha concedido demasiada importancia al amor. La relación entre ellos se da desde la infancia, pero es en la edad adulta cuando los dos resuelven estar juntos, tal vez como una manera de resignarse a la vida y a la vejez. Las posibilidades de la relación están agotadas: no pueden tener hijos, no pueden enamorarse de manera apasionada, no pueden entregarse al placer al que se entregan Bruno y Christiane. El mayor confort lo encuentran al dormir juntos. Como en toda tragedia, Annabelle muere y Michel se va a Irlanda a escribir sus últimas reflexiones que comprenden el último capítulo, el cual se llena de una lucidez inmensa.

A lo largo de sus páginas "Las partículas elementales" mezcla el discurso cientifico para diseccionar el comportamiento de los hombres con la historia de estos dos hermanos. Al leerlo sentí pánico. Miedo de dirigirme hacia el despeñadero que resulta la vida de estos personajes en donde la edad adulta se convierte en un catalizador de la desesperanza. También me sentí ingenua. Me dejé convencer por el narrador y pensé por un momento, que a veces somos masas gigantes que respondemos a los corpúsculos de Krause (ubicados por la naturaleza de manera estratégica en el clitoris y el glande) y confundimos esos estimulos con el amor, o con algún ritual sociólogico complejo. La biografía de estos hermanos y su realismo de bisturí me dejó con algo de temor sobre lo que viene más adelante.