lunes, 16 de noviembre de 2009

Los hombres y los perros (Correspondencia I)



Después de leer Desgracia de J.M Coetzee lo único que pude decirle a f. (quien muy amablemente me prestó el libro en un afán por "culturizarme") es que esta era una novela sobre la condición humana. Así, sin más ni más, me esforcé por construir una frase completamente cliché que bien podría haber salido de la solapa de un libro. Pero la verdad es esa. En "Desgracia", Coetzee construye una narración en donde someramente describe lo vulnerables que podemos resultar los seres humanos. Es un relato escueto, sin ninguna pirueta estructural y que con un lenguaje simplísimo logra escudriñar el instante preciso en el que se perpetúa un ataque, sus consecuencias y cómo la desgracia logra infectar los lugares más recónditos del espíritu humano.

Es en el momento en el que Coetzee describe cómo David Lurie - el arrogante Lurie, el intelectual Lurie, el seductor Lurie- y su hija son atacados por un grupo de bandoleros se destapa la calidad de la prosa del sur africano. En el momento en el que Coetzee describe el instante en el que la mirada de víctima y victimario se cruzan; cómo la víctima por medio de gestos intenta convencer a su atacante de que no haga nada; cómo el atacante seguirá con su vida, mientras que el atacante quedará marcado por siempre, es que entendemos que Coetzee no es un escritor cualquiera. Es capaz de condensar, con el más escueto estilo, un momento en el que se revela la condición humana. Un momento de vulnerabilidad y de poder. El momento eterno en el que todo cambia.

Sé que mis palabras suenan vacuas. Que frases como "condensar la condición humana" o "el momento en el que todo cambia" realmente no dicen nada más allá de lo que deben decir, que son frases de catálogo, pero la verdad es que, después de leer a un escritor como Coetzee uno entiende realmente el poder de estas frases, el poder de un lenguaje denotativo que no espera nada más que referirse a una experiencia poderosa. Una experiencia gastada pero necesaria. La experiencia de leer una novela en donde el hombre, como un animal violento, arrogante, altivo y finalmente vulnerable, se enfrenta con sí mismo y se acaba.

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